Patoniando por Suramerica fue el nombre que se me ocurrió cuando buscaba un buen título para un
grupo de WhatsApp, que tiene como objeto compartir fotos del viaje. Ahora es el título de éste blog donde quiero contar las historias de mi viaje.
Este post es para hablar de algo que escuche mucho antes de salir: Usted está loca? Cómo va a renunciar a su trabajo pá irse de hippie? Sí, sí, me lo han dicho! O por lo menos sé que lo han pensado, y especialmente algunos miembros de mi familia.
El seis de
febrero del año pasado, comencé mi primer viaje de mochila fuera de Colombia, que ha sido sin exagerar, un viaje
que me cambio la vida. Después de un año en la “estrada” no tengo mucha
certeza de cuándo volveré a esa tierra de volcanes por la que siento una enorme
“saudade”. La idea inicial de mi aventura, era hacer un mochilón por
América del Sur, sin planes fijos, sin itinerarios, sin tiquetes, y con muy
poco dinero.
Hace años que lo quería hacer, pero las ideas preconcebidas de la vida, de lo que se debe o no hacer, me lo impedían. Primero pensaba que tenía que terminar la universidad, después que tenía que trabajar, luego tenía que ahorra, pagar pensión, salud, comprar una casa. Entonces, cómo es que decidí dejarlo todo y arrancar a patoniar por suramerica?
El 8 de diciembre del 2013 me telefoneo Dorji, la
mejor amiga de mi cuñada con la que tuve la oportunidad de pasar unas vacaciones y construir una amistad. Su llamada
tenía por propósito proponerme un viaje juntas para Brasil. Recuerdo decirle si, si, si, a todo lo que me
decía, pero por dentro decía, no, no, no... Pensaba: tengo familia, tengo “amigovio”,
tengo trabajo, tengo deudas... en el fondo creo que lo que más tenía era miedo!
Dorji y yo el primer día del viaje |
La idea seguía sonando en mi cabeza,
pero todas las negativas surgían, todas las falsas responsabilidades. El
24 de diciembre en medio del efecto de dos botellas de Tequila, tuve una
discusión acalorada con mi “amigovio”. Algo quebró nuestro relacionamiento
definitivamente. Borracha, llorando a moco tendido como decimos en
Colombia y viendo el sol salir de los Paramillos de Santa Rosa en compañía de mi hermana, decidí decir: ¡Sí, me voy, que hijuemadres!
Mi familia me apoyo, especialmente mi hermana Nana, que hasta me heredo su moral. Peco
mi hermano, me quería convencer de quedarme por lo menos cinco años construyendo
un proyecto económico con la familia, bajo la sensata idea de trabajar duro y
luego con “platica” salir ahí sí, a recorrer el mundo. Mi papa Manuel tenía temor
de los peligros mismo del viaje, pero luego se tranquilizó. Mi mama Fanny estaba dividida entre el miedo
de "quedarse sola" y la plena consciencia de que hace años ese era mi sueño.
El resto de mi familia me vio y me ve como la loca hippie, que después de quemarse las pestañas siete años universidad (sí casi que no termino la tesis), se va a loquear por ahí de vaga.
El resto de mi familia me vio y me ve como la loca hippie, que después de quemarse las pestañas siete años universidad (sí casi que no termino la tesis), se va a loquear por ahí de vaga.
Una de los muchos aventones soñados que he tenido. Con Tulio y Diana. |
Ahora que lo veo en retrospectiva, me siento profundamente agradecida con Dorji por haberme dado el valor necesario para comenzar mi aventura. Después de quedar sin dinero, de vender bombombunes en un parque, de cantar en los buses, de vender rifas en los mercados populares y trabajar en el turno de la noche de un hostel... ya notengo miedo.
Siento ahora, después de este tiempo de viaje, que tengo una mayor certeza de lo que quiero hacer en la vida, cuales son mis verdaderas pasiones, que me hace realmente feliz.
Salir de mi casas, de mi trabajo, de mi barrio, de mi universidad, de mi circulo de amigos, de mi vida y conocer otros destinos, otros paisajes, otras culturas, otras musicas, otros ríos, otros bosques, otros campesinos, otros amigos, otras carreteras, fue y es: para conocerme mejor. Ahora siento que he encontrado mi misión. Por lo menos una de ellas!.
Cantando y danzando en un circulo de mujeres en la ciudad de Natal, Rio Grande do Norte. Brasil. |